¿Cómo evaluar
el café de los bares?
Para empezar hay que tocar la taza, que debe estar
caliente y preferentemente limpia, no porque esto implique en sí un indicador
de calidad, pero convengamos que el efecto chorreado resulta bastante
desagradable. Luego viene la nariz. Un solo grano de café es capaz de encerrar
hasta 900 aromas (como vainilla, chocolate, paja, coriandrio, arroz y otros
895), con lo cual las variantes en este sentido son prácticamente infinitas. En
todo caso, la clave es que el aroma tiene que dar “intenso”, porque un café
flojo huele a nada, a agua caliente. Si hablamos de café express, otro aspecto
a observar es la espuma: aquí un defecto sería que se abra demasiado rápido
formando un círculo alrededor de la taza, lo que estaría indicando que ese café
está demasiado liviano. Una buena espuma, por el contrario, es lo
suficientemente contundente como para sostener el azúcar por unos tres
segundos. Y como nota definitiva aparece el gusto: el café debe tener sabor a
café.
¿Es Buenos Aires una “ciudad de café”?
“Eso es un mito”, dispara el sommelier de café Nicolás
Artusi. “Acá lo que tenemos es cultura de cafetín”. “En la Argentina consumimos
un kilo de café por habitante por año, mientras que los países que más toman
café en el mundo (Finlandia, Suecia y Noruega) toman 15 kilos por habitante por
año. En Brasil se consumen 8 kilos, y en Estados Unidos 4. O sea: perdemos en
todas las comparaciones”. Ahora, ¿es bueno o malo el café porteño? “Es regular
–dice- y el principal problema es el ninguneo de la figura del barista. Hay
restaurantes que tienen un sushi man y un sommelier de vinos, pero a hacer café mandan a cualquiera. Y a la máquina express hay que conocerla,
calibrarla y tener en cuenta un montón de variables. Te juro que si la ves no
es fácil, casi parece un reactor nuclear”.
¿Qué quiere
decir “torrado”?
Sin ningún tipo de relación con palabras como “dormido”
o “aburrido”, el torrado del café hace referencia al agregado de azúcar durante
el proceso de tostado. Al alcanzar altísimas temperaturas, este azúcar se
carameliza y se adhiere a los granos. Resulta curioso que esta práctica se
circunscriba a unos pocos países en el mundo: Argentina, Costa Rica, España,
Francia y Portugal. “El café torrado es malísimo”, señala Artusi. “Bah, tampoco
malísimo –aclara- pero sí conspira contra nuestra idea de degustación”. Así y
todo, el torrado sintoniza de maravillas con el gusto local: es que en la
Argentina estamos acostumbrados a tomar el café más bien dulce.
¿Pueden
rellenarse en casa las cápsulas de Nespresso?
Sí. Sólo hay que cortar con prolijidad la tapa ya perforada
con un cuchillito filoso, lavar la cápsula, llenarla de café al ras y
cubrirla con papel de aluminio, presionando con los dedos para que los bordes
queden bien sellados. Los resultados pueden llegar a ser excelentes, ya que la
cafetera viene calibrada para preparar esa medida en el tiempo exacto y con la
temperatura justa. El siguiente video explica cómo hacerlo, y en Mercado Libre también
se venden cápsulas recargables.
Más allá de estas posibilidades, el sistema Nespresso es totalmente cerrado. Las cafeteras sólo funcionan con las cápsulas que fabrica la misma empresa, que traen 5 gramos de café y cuestan entre $4,50 y 5,90 cada una (o sea que el kilo de Nespresso cuesta alrededor de... ¡mil pesos!). Vienen en 12 variedades y únicamente se consiguen en sus boutiques, de las que en Buenos Aires hay dos: una en Montevideo 1704 y otra en Unicenter. Esta modalidad de consumo cautiva, muy utilizada en tecnología (el iPod sería un buen ejemplo) se suma ahora al rubro alimenticio de la mano de Nestlé, compañía que tiene en Nespresso una de sus marcas de mayor crecimiento. En el fondo, no es más que otro intento de una gran compañía por modelar en su beneficio el significado que damos a los alimentos.
Más allá de estas posibilidades, el sistema Nespresso es totalmente cerrado. Las cafeteras sólo funcionan con las cápsulas que fabrica la misma empresa, que traen 5 gramos de café y cuestan entre $4,50 y 5,90 cada una (o sea que el kilo de Nespresso cuesta alrededor de... ¡mil pesos!). Vienen en 12 variedades y únicamente se consiguen en sus boutiques, de las que en Buenos Aires hay dos: una en Montevideo 1704 y otra en Unicenter. Esta modalidad de consumo cautiva, muy utilizada en tecnología (el iPod sería un buen ejemplo) se suma ahora al rubro alimenticio de la mano de Nestlé, compañía que tiene en Nespresso una de sus marcas de mayor crecimiento. En el fondo, no es más que otro intento de una gran compañía por modelar en su beneficio el significado que damos a los alimentos.
¿Qué es,
exactamente, el café instantáneo?
Es café preparado en cantidades industriales y luego
disecado, proceso que puede llevarse a cabo de dos maneras: una, sometiéndolo a
altísimas temperaturas; dos, congelándolo. A partir de ahí se convierte en los “cristales”
que todos conocemos.
¿De dónde sale
el café?
La planta de café, que se llama “cafeto”, es un
arbusto que da unas flores blancas y por supuesto, un fruto. Ese fruto (que
luce como una especie de cereza) contiene dos semillas. A través de un proceso
de despulpamiento, que puede ser manual o industrial, se sacan esas dos
semillas, que van a ser los futuros granos de café. ¿Cuál es el proceso que
tiene que mediar para que la semilla se convierta en un grano? El tostado. En
la Argentina no se cultiva café, porque el cafeto crece únicamente entre los
trópicos. Por eso se importa la semilla (o el grano verde), que se tuesta aquí
mismo según el gusto local.
El café, ¿se
gourmetizó?
Definitivamente. La oferta que hasta hace poco se
reducía al café, el cortado y a lo sumo, con muchísima suerte, el capuchino, se
ha visto hoy ampliada hasta límites insospechados, incluyendo potingues que vienen
con crema batida, chocolates, jarabes, dulce de leche y hasta trozos de
vauquita. La cadena Starbucks, pionera de esta tendencia, consiguió ganarse así
el mercado de los adolescentes. “No está mal el café de Starbucks, pero yo
siempre digo que en los locales no sirven café, sino leche. Su gran aporte fue
rejuvenecer el segmento, disimulando el café y asimilándolo más a bien un
postre”, dice Artusi. Ahora, ¿por qué uno pagaría un café tres veces más en
Starbucks de lo que se paga en otra parte? Según el experto, lo que hizo
Starbucks en Buenos Aires es inventar una ilusión cosmopolita. “Es como si por
esa plata te fueras una hora a Nueva York. Fijate que en las páginas de
celebridades adolescentes -Zack Efron, Miley Cyrus, todos ellos- están con el
vasote de Starbucks. Es claramente aspiracional”.
¿Es un café igualitario el de los carritos de la calle?
Bastante. El café de los termos multicolores es
bastante bueno, ya viene azucarado, puede consumirse solo o con leche y cuesta
apenas cuatro o cinco pesos contra los once o doce que están cobrando el
jarrito en cualquier cafetería céntrica.
¿Hasta cuánto
café se puede tomar por día?
A ciencia cierta, nadie lo sabe. Depende. Es cada uno
el que tiene que ir midiendo. Recordemos sí que la cafeína, si bien es un gran estimulante de la actividad cerebral, en dosis demasiado altas puede convertirse en un
verdadero serrucho del sistema nervioso.
¿Por qué será que el
café es tan fantástico?
Eso tampoco lo sabemos. Pero sospechamos que puede ser
por su capacidad de despabilarnos, o por ese olor riquísimo, tan único que no
se puede comparar con nada más. Y porque es negro, como lo mejor de la noche;
fuerte, como la gente que todos los días se la banca; y caliente, igual que el
sexo cuando está bueno.
Buen articulo sobre Cafeteras Industriales
ResponderEliminarNo es un artículo sino la página de una empresa, de todas formas gracias por el aporte. Slds.
EliminarHola Vero!
ResponderEliminarMe encantó la nota! Me gusta mucho más oler el café que tomarlo! jejeje!
Cómo están tus cosas por allá?
Muchos besos!
Carito Castro
Gracias Carito!
Eliminar